Oímos de manera frecuente sobre la importancia de lo que representa el “vivir alineados con nosotros mismos” pero aunque el concepto es muy usado no tenemos claridad sobre lo que esto realmente significa.
Nos venden una un abanico de alternativas a través de las cuales podemos lograr alcanzar la meta de vivir alineados tales como: clases de yoga, meditaciones, reiki, las terapias de ángeles y muchas otras más, y si bien todo esto puede ayudarnos a vibrar mejor y sentirnos más livianos, la verdad es que en estos tiempos de tantos cambios, donde nos han enfrentado a ver cómo todo es tan volátil, donde la incertidumbre se ha convertido en nuestra compañía permanente lo que realmente nos puede desalinear más es el hábito nocivo que tenemos de querer controlar todo.
Si, esa búsqueda desesperada por querer que todo funcione de acuerdo como lo queremos y planeamos de acuerdo con nuestra mirada miope que nos hace perder en esa lucha interna y apegarnos muchas veces a lo que ya no funciona y lo que nos lleva inevitablemente a crear situaciones destructivas.
El “vivir alineados” tiene que ver con el fluir, con el oírse y estar atento a lo que la vida nos va mostrando. Ha hacer lo que nos corresponde y lo que está a nuestro alcance, a estar dispuestos a abrir nuestro espectro y soltar cuando sea necesario desde la confianza y la fe.
“Vivir alineados” es tener la capacidad de conectarnos con nuestra sabiduría infinita, con nuestra esencia, oír nuestro corazón y vivir desde la coherencia de ese ser maravilloso que somos.
“Vivir alineados” es extraernos de ese ruido externo que nos genera tanta presión y esa necesidad de cumplir con lo que nos exigen para concentrarnos en nosotros mismos, en nuestra luz y nuestra sabiduría infinita.
Confía, suelta y fluye.