Ser padres es una decisión de vida y un regalo divino. Elegimos ser padres o no serlo porque se nos ha dado la oportunidad de hacerlo, pero en ocasiones encuentro que no somos lo suficientemente conscientes de lo que esto significa. Ser padres es un don, es la posibilidad de dar vida, es un milagro de amor.
Sin embargo, la lección de ser padres no nos da derecho a creernos dueños de la vida de nuestros hijos, además de pensar que ellos nos deben su vida, que por eso deben estar agradecidos con nosotros por siempre y que deben cumplir con un sin número de condiciones para hacernos felices y complacernos. Expresiones como “porque soy tu papá y punto” son muy comunes y de alguna manera se han vuelto como ley.
Es muy importante tener claro que nuestros hijos no están en deuda con nosotros. Como padres tenemos una serie de responsabilidades con las que debemos cumplir porque fue a lo que nos comprometimos en el momento que decidimos ser padres y somos nosotros quienes decidimos cómo queremos vivir nuestra paternidad: desde el sacrificio o desde el gozo
La manipulación que manejamos como padres es muy común, estamos listos para mostrarles todos los sacrificios que hemos hecho por ellos, les damos las múltiples razones por las cuales nos deben respeto y agradecimiento, los sobornamos para que nos hagan caso y se comporten como queremos…. pero es esta la manera en la que realmente podemos apoyarlos y mostrarles su grandeza para ayudarlos a ser capaces de hacerse cargo de su vida?
Es importante reflexionar sobre este tema, revisar qué tanto de nuestro comportamiento es producto de nuestra codependencia cómo padres y de la necesidad de querer controlar que su vida sea perfecta y de que no experimenten el sufrimiento, la frustración, las decepciones.
Por eso quiero darles cinco tips que nos pueden ayudar a vivir nuestro rol de padres desde el amor y el gozo:
- Debemos reonocer y respetar la grandeza y la escencia de nuestros hijos, aprender a conocerlos y tener claro nuestro papel de guía y apoyo y no de dueños de sus vidas.
- Debemos confiar en nuestros hijos. Somos nosotros quienes los limitamos y no los dejamos mostrar lo maravillosos que son.
- Debemos criar a nuestros hijos desde la confianza y no desde nuestros miedos. Es increíble que nuestros miedos cierran el espectro de la visual de nuestros hijos, los reducimos y limitamos sin darnos cuenta y sin ser conscientes de nuestra intención.
- Aprendamos a escuchar a nuestros hijos. Comúnmente somos los padres los que siempre les pedimos a ellos nos escuchen y quienes les damos cátedra de lo que deben o no hacer porque consideramos que todo lo sabemos y tenemos la verdad absoluta.
- Preguntémosles cómo se sienten y qué quisieran hacer con eso que les está pasando para iniciar un diálogo constructivo y sobre todo mostrándoles que los tenemos en cuenta y los reconocemos desde su ser.
Nuestros hijos merecen escribir su propia historia así como nosotros lo hemos hecho. Démosle la oportunidad de hacerlo!!!!!
