La humanidad se mueve entre el amor y el miedo a través de todo su existir, sin embargo, el miedo es una de las emociones que nos invade con mayor frecuencia y que nos hace ver y sentir nuestro lado más humano.
Existen dos clases de miedos: Los miedos conscientes, como el miedo a las culebras y los inconscientes que son esos que desconocemos que tenemos y que se originan y se han arraigado por nuestras creencias limitantes o por experiencias traumáticas que hemos vivido llevándonos de forma inconsciente a guardar y las cuales sin aviso previo salen de manera abrupta sin que podamos controlarlas.
¿Dónde se origina el miedo? El miedo se origina en nuestro pensamiento y somos nosotros quienes le damos el poder. El miedo se huele, se atrae, porque nosotros somos lo que pensamos. El miedo no cambia, es uno solo puesto en diferentes situaciones y nuestra única opción es enfrentarlo para transformarlo.
¿Cómo podemos transformar el miedo?
- Reconocer que tengo ese miedo
- Dejar de consentir ese miedo
- Buscar el origen de ese miedo
- Preguntarnos qué nos quiere mostrar ese miedo
- Preguntarnos qué quiere enseñarnos ese miedo
- Enfrentarlo para superar eso que debemos superar
- Tener claro el tamaño de ese miedo
- Reconocer lo que nos hace sentir ese miedo y buscar la manera de cambiar esos sentimientos
- Abrazar el miedo, asumirlo y buscar lo que puede ayudar a hacerle frente
- Buscar la acción que nos puede ayudar a soltar el miedo
Reconocer el miedo nos ayuda a conocerlo, a vivirlo y a aprender. Es una manera de empoderarnos y crecer.
El miedo no puede paralizarnos, el miedo es una invitación a crecer y tomar acción para realizar el cambio que necesitamos hacer!!
Abraza tus miedos y házte cargo de ellos